"Docta Ignorancia" (Por Fernán Tamayo)
Nacen, crecen, se reproducen y mueren, en busca de un sentido, sólo los humanos, en busca de diversión; sólo los humanos, en busca de un fin; sólo los humanos…
Los animales no se aburren ni padecen de hastío existencial, los animales no buscan un sentido a nada, los animales como las plantas, sólo buscan “sobrevivir”…
Sobrevivir, la orden inexorable de una naturaleza cruel que sólo obedece de estricta manera a la lógica de su funcionamiento, funcionamiento monótono, pleno de predecibles sucesos…
Una existencia sin duda alguna determinada físico-químicamente por el sabio orden lógico-matemático de un “pródigo” Creador, hasta la constante e inagotable lucha del humano por entender hasta su más insignificante misterio…
Pero ¿para qué tanta lucha? ¿para qué tanto esfuerzo? ¿para qué si hagamos lo que hagamos no lograremos escapar de la condición existencial que nos determina, como especímenes de un ecosistema misteriosamente controlado por quién sabe qué voluntad?…
“Que no somos controlados”-dicen algunos- “que hacemos lo que queramos”-dicen otros- pero lo cierto es que hagamos lo que hagamos no saldremos nunca del monótono y matemático funcionamiento del cosmos…
Unas galaxias, unas tras otras, posibilidad inagotable de vida inteligente extraterrestre; reconsideración de nuestras tradiciones culturales religiosas, ¿dónde quedan nuestras raíces, el sustento pleno de la concepción de la realidad y de nuestra historia?... pero egoístamente condenados a un existir inconsciente del pleno sentido, sin una finalidad clara, un vivo misterio sólo cognoscible para su indiscutible y deliberado Artífice, el Gran Arquitecto, y nuestra naturaleza perdida en la ignorancia, una ignorancia docta y a veces inteligente, que sabe vivir de vez en cuando la felicidad, sumida en el total desconocimiento del ser y de su real condición…
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