Es Lamentable pero Cierto, vamos Perdiendo... (Por Fernán Tamayo)
Desde el inicio de las políticas de apertura económica en Colombia, se nota que el “pueblo” colombiano y sus intereses se ha visto en gran medida atropellado por las políticas económicas de corte neoliberal; hubo tiempos de sueños románticos en los que se llegó a creer que el socialismo sería la solución y las guerrillas se animaron en América del sur y de manera especial en Colombia a seguir con el ejemplo de la lucha armada de Fidel Castro en Cuba.
De varias guerrillas en Colombia surgieron sueños, sueños de una sociedad mejor, ya que las élites tradicionales y permanentes en Colombia incluso hasta hoy, siguen prácticamente entregando los recursos del país a los inversionistas extranjeros, reduciéndole los impuestos a dichos inversionistas y aumentándolos a los ciudadanos “de a pie”, al pueblo, como lo piensa hacer el gobierno Santos con su reforma tributaria al imponer el IVA a todos los productos de la canasta familiar y al imponer declaración de renta a todos los ciudadanos que ganen más de un millón 500 mil pesos, que corresponde a un gran porcentaje de la población colombiana. Es claro así, que la calidad de vida de la mayoría de los colombianos se va a ver progresivamente afectada con la paulatina capitalización de todos los ámbitos de la Nación y el auge del neoliberalismo promovido desde la OCDE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Es necesario recordar también, que la guerrilla en Colombia no sirvió para nada, eso sí, hizo un profundo daño al pueblo colombiano en general al igual que el narcotráfico.
Por otro lado, la lucha de los movimientos sindicales y su intención de defender los intereses de los trabajadores del pueblo, no ha logrado más que retrasar el avance del neoliberalismo en Colombia, un neoliberalismo que pasa por encima de la dignidad de los colombianos desde la masacre de las bananeras, donde el ejército tenía que defender los intereses del pueblo y los ciudadanos colombianos, pero lo que hizo en verdad fue matar y asesinar cruelmente a los Colombianos por defender con claro Exceso de fuerza los intereses de los inversionistas extranjeros, y todo esto con visto bueno del gobierno nacional.
Lo peor de todo, es que eso es lo que sigue pasando hoy en día, se le niegan recursos, apoyo y oportunidades a los nacionales en muchos ámbitos, para otorgar beneficios a precio de regalo a los inversionistas extranjeros y se permiten con TLC unas importaciones innecesarias de innumerables productos que sobradamente puede producir el agro colombiano con un poco de apoyo del gobierno, apoyo que en realidad no existe cuando se compara por ejemplo con el apoyo que el gobierno norteamericano brinda a sus agricultores, parece que ellos son más cuidadosos con sus propios recursos que los gobernantes colombianos. Tales importaciones pronto abarcarán el total del suministro de los recursos que requiere el país para su sostenimiento, siendo Colombia el segundo país más rico del mundo en recursos naturales, “que vergüenza”.
Es lamentable reconocerlo, estamos perdiendo, por muy bonito que hablen nuestros políticos que se hacen llamar de izquierda; lo cierto es que siguen ganando mucho dinero, están muy cómodos como no lo está la gran mayoría del pueblo colombiano más del 70%, y lo único que se logra es retardar el proceso neoliberal que se nota desde lejos que tiene muy grandes probabilidades de ser el real vencedor. ¿Qué hacer?
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