"Fugacidad de la Vida" (Por Fernán Tamayo)
Ignorancia e ingenuidad plena desde el inicio de nuestra vida, vamos por la existencia llevados por las corrientes culturales y la sociedad que nos embarga con su historia y la idiosincrasia del pueblo, de la masa; anhelamos “ser grandes”, salir de la niñez que nos impide la entrada al mundo adulto que hemos vislumbrado desde el principio como una meta lejana pero inevitable. Llega pues la juventud de los veinte y nos sentimos invencibles, capaces de transformar el mundo y de impactarlo con mucha fuerza, luchamos incansables por metas y objetivos autoimpuestos y movidos por los “tradicionales relatos de la cultura y la historia”, pero llegamos a la madurez de los cuarenta y notamos que las cosas son diferentes, que a lo mejor no funcionan como creíamos, depresiones y tristezas invaden la consciencia y propician la reflexión; pero es ya entrados en los cincuentas que notamos con mayor claridad la fugacidad de la vida y la existencia humana, la vida es corta y ya no nos queda mucho tiempo, y queremos vivir, muchos cambian su vida y se renuevan, pero ni aún así logran despistar el rastro de la muerte que como fin sigue y paciente espera al humano en su particular e inútil travesía existencial, agonías sinsentido y sin fin abocadas a la nada, a la extinción del ser…
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