La Naturaleza Humana y su Destino...

¿Será correcto pensar que la naturaleza humana tiene un destino o una finalidad en su existencia? Las narrativas antiguas de la tradición cultural han tratado siempre de convencer al ser humano de su condición espiritual, de su naturaleza dual, inclinando siempre la balanza de las creencias hacia la convicción en un mundo y una realidad espiritual que nos espera luego de la experiencia de la muerte, y que en ese mundo misterioso y desconocido nos aguardan seres superiores que administran nuestro destino e imponen reglas y todo tipo de normas de conducta y hasta de consciencia a cada uno de los seres humanos. 

Tales narrativas antiguas tan variadas como son, han influenciado tanto la mentalidad humana que se promueven todo tipo de justificaciones y racionalizaciones para convencernos de su verdad. 

Tales narrativas plantean un sentido espiritual de la existencia, sustentado en relatos y especulaciones míticas de tradiciones y revelaciones divinas o ultraterrenas que no garantizan en nada ninguna verdad, pues lo cierto es que no hay verdad, cada creencia tiene sus propias verdades en las que decide creer cuando renuncia a las otras posibles e iguales de faltas de garantía alguna. 

El positivismo cientificista en cambio, plantea a la humanidad como sólo materia, concibe a nuestra especie no más que como una más dentro del ecosistema planetario, condenada a una inevitable extinción, más que por el agotamiento de los recursos del planeta, por su instinto egoísta que desde sus sistemas político-económicos le llevarán como especie al colapso inevitable. Y es que el consumismo se adueñó de la mentalidad del mundo entero y de las nuevas generaciones, las políticas económicas predominantes hacen de todo una propaganda, una constante actividad publicitaria que lucha por el acceso a los datos de los individuos para programar sus mentes con modas, marcas, hábitos, estilos de vida y hasta convicciones y creencias pre-fabricadas y desarrolladas sutilmente con miras a la manipulación del individuo. 

La Libertad se ha convertido en la mejor herramienta para montar una dictadura de grandes monopolios donde muchos pueden tener su “cuarto de hora” gracias al fácil acceso a la red para promover movimientos masivos desde una u otra ideología. Y con qué efectividad se condiciona a las grandes masas, el poder persuasivo y educativo de las grandes ideologías que mueven estos medios terminará por llevar a la humanidad irremediablemente a un fracaso colectivo violento, lleno de indiferencia y más nocivo de lo que muchos puedan creer...

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