¿Ganó el mal? (Por Fernán Tamayo)
Si consideramos las diferencias entre el bien y el mal, debemos tener en cuenta que el bien apunta fundamentalmente a la vivencia plena del amor, un amor aterrizado en la vida real es por supuesto, respeto por la libertad y la autonomía del prójimo, es solidaridad y apoyo mutuo para cabal desarrollo de la sociedad en general, de todos sus miembros, de todos sus pueblos. Si bien es cierto que no todos podemos ser multimillonarios es claro que todos podemos aspirar a una buena calidad de vida. Sin embargo, todo sistema político-económico que favorezca el mayor enriquecimiento de los poderosos propiciando al mismo tiempo el empobrecimiento progresivo de las mayorías puede sin duda considerarse un sistema injusto que promueve el mal y no el bien.
Este sistema injusto es el capitalismo, ese capitalismo neoliberal que se aleja incluso de la noción keynesiana del estado de bienestar y que es promovido mundialmente y liderado por los Estados Unidos, país imperialista, intervencionista y arbitrario que no respeta la libertad ni la autonomía autodeterminante de los pueblos que no se someten bajo su lógica que controla la política económica y comercial del mundo entero.
Es muy difícil discutir con gente carente de información, gente que desconoce la historia y que simplemente deja formar su opinión por los medios de comunicación que sirven a los intereses del mal, deberían leer por lo menos tres libros que sirven de resumen: “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano y dos libros de Noam Chomsky: “Cómo funciona el mundo” y “Hegemonía o supervivencia”.
No soy socialista, y al igual que Albert Camus no creo en el comunismo que no es más que otra absurda religión sin dios; pero me cansan los intelectualoides poco preparados que defienden a capa y espada el capitalismo intervencionista norteamericano, sin conocer que este sistema es el que aún sigue generando más miseria y deterioro de la calidad de vida de las mayorías en el planeta, pues países capitalistas organizados y con buena calidad de vida, desempeñan desde tiempos remotos papeles abusadores e imperialistas a nivel mundial, es decir, que por muy buenos que se muestran también han trabajado y trabajan desde la promoción de la desigualdad, el egoísmo y la insolidaridad ante el resto de la humanidad.
Un solo ejemplo para no extendernos: el pueblo cubano apoyó la revolución de Fidel, cansado del abuso y la explotación de los norteamericanos desde antes del gobierno de Fulgencio Batista, que lo único que llevaron a Cuba fue pobreza y creciente desigualdad. Pero ¿por qué fracasó Cuba? Pues por el bloqueo económico que le impuso Estados Unidos, porque no le quiere permitir aún hoy en día ser un pueblo autónomo si no es bajo sus términos. No defiendo la dictadura castrista por supuesto, pero es claro para quien estudia a profundidad y entiende a cabalidad las políticas económicas y sus ritmos e ideologías que el pueblo cubano está jodido por Estados Unidos que no deja que los procesos políticos y sociales se desarrollen en los pueblos de manera autónoma, sino sólo sometidos a su caprichosa voluntad político-económica. Estados Unidos no permitirá jamás que un pueblo dé muestras de real independencia y autonomía soberana, puesto que otros podrían seguir su ejemplo y así el monopolio norteamericano correría peligro.
Así pues, es claro que la solidaridad que promuevan los gringos es una solidaridad de endeudamiento, donde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional así como el Banco Interamericano de Desarrollo prestan mucho dinero a naciones en vía de desarrollo para invertir bajo los criterios y recomendaciones neoliberales de Estados Unidos, de no ser así y en real sometimiento no hay préstamos. Es decir, el préstamo exige sometimiento y subyugación al poder y al sistema norteamericano además de que endeuda al país y lo hace manipulable a las políticas económicas internacionales de Estados Unidos que promueven la inversión y la explotación con tratados de libre comercio y otros acuerdos comerciales; es así como ahora Estados Unidos se ha apoderado de Latinoamérica, pertenecemos a Estados Unidos, somos un pueblo desangrado y explotado, no nos promueven desarrollo social ni solidaridad, lo que promueven es el beneficio de las élites políticas y sociales que se les someten y propician la explotación.
Ganó el mal, Estados Unidos no permitirá nunca brote alguno de creciente autonomía en las Naciones latinoamericanas (por limitarnos sólo a nuestra tierra).
Jesús dijo: “A los pobres siempre los tendréis” – “Dad al César lo que es del César”… Jesús también aceptó y aprobó el imperialismo político-económico; la teología de la liberación lo malinterpretó caprichosamente.
Este mundo es del mal, desde la misma naturaleza humana instintiva que aún se mueve dentro de la lógica de la selección natural desde lo político-económico hasta lo socio-cultural; enteros animalitos sin más posibilidad, sometidos y determinados por la biología violenta y animal que nos constituye.
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