“La Ética, la Paz y el Género Humano” (Tomado del libro "Lluvia en el Cementerio")
Así nacen los humanos, subyugados por el ser y el peso de
sus cuerpos y sus blandas conciencias, sujetas sin fin a las
manos de un alfarero desconocido.
Es triste ver cómo son muchos los alfareros que osan fabricar
caprichosa y egoístamente las muchas conciencias, creándoles más y más yugos pesados para una existencia vaga y sin más destino que el que injustamente imponen a sus semejantes.
Nos dicen qué es bueno, nos dicen qué es malo, y así, van
por el mundo y por la historia creando paradigmas,
endiosándolos y cegando a los hombres en torno a ellos; así
van justificando sus pesadas e irracionales imposiciones que
han de mantener dividido el mundo entre dominadores y
dominados. Y la humana naturaleza, sumida en el miedo y la
incertidumbre que siempre le ha determinado, se aferra
ciegamente a aquellos patrones impuestos, pasando incluso
por encima de los demás y generando xenofobia, discriminación y todas las simples raíces del mal, que el
miedo que nos sume en el egoísmo competitivo y que nos
llevará irremediablemente al anunciado desastre, no deja
nunca de atizar. Y la triste humanidad, agobiada por el yugo cargado, sus tradiciones ciegas y sus conciencias forjadas por las furtivas manos de sus alfareros sutiles y engañosos, corre
desesperada por alcanzar utopías tan artificiales como la paz
o la unificación de credos religiosos, cuando la naturaleza
misma mueve en su desarrollo a todo el ser a la lucha, un
irremediable y cíclico ser afirmación, negación y síntesis,
profetizado ya de antaño por sublimes pensadores. ¿Tenemos oportunidad en esta lucha? ¿Cuál debe ser nuestro papel en la misma? Anímate a pensarlo...
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