Por qué Aprender...
-“No lo sé mamá, es que me da pereza leer y no me gustan las ciencias sociales, menos la filosofía, una pura cháchara aburrida ahí” –dijo Angélica a su madre mientras ojeaba de chismosa los estados de sus contactos, en especial el de José Miguel.
-Si hija –le dijo la madre- pero debes ganar el año para ir a la universidad.
De repente se escuchó el imprudente tono del chat y mientras Angélica lo esperaba escuchando y simulando ante su madre, luchó hasta ponerlo en silencio esperando que su madre no le hubiera escuchado.
Su madre por otro lado se hacía la ocupada sin escuchar aparentemente, mientras tanto terminaba de organizar algunos asuntos de su trabajo para el día siguiente a primera hora. Angélica se levantó como simulando resignación y cansancio, bostezando caminó rápido y entró en su cuarto cerrando la puerta, la madre sin embargo, lo había notado todo pero decidió esperar para sorprenderle, le impacientaba demasiado la actitud de su hija, quien ya con 18 cumplidos aún cursaba undécimo grado.
Pasados ya como 20 minutos, la joven madre entró en la habitación de su hija abriendo la puerta sorpresivamente y sin hacer ruido, le asombró un poco ver que Angélica no le había puesto seguro a la puerta, por lo que entró y la encontró entretenida en el chat boca abajo en su cama sobre sus codos y manipulando el celular con las dos manos, de esta manera, mamá que no era cieguita pues era muy joven logró reconocer la foto del perfil de José Miguel, este era un vecino que vivía a dos cuadras y tenía muy buen aspecto, estaba próximo a graduarse como historiador y trabajaba como profesor en un colegio del norte de la ciudad.
-Ajá ¡y tú que tanto chateas con el José Miguel ese!
-Ay mami no es nada malo, no seas tan malpensada.
-Yo no soy malpensada –dijo la madre- ¿es que no ves que ya son casi las once y mañana vas a madrugar?
Dile a ese hombre que coja oficio.
Con repentina brusquedad entonces le arrancó de las manos el celular : -“vamos a ver en qué clase de mujer te has convertido”
Y dicho esto comenzó a leer la conversación:
José M: -Hola hermosa, que bueno saludarte, me hace feliz ver tus fotos y escribirte.
Angélica: -El placer es mío José, me gusta lo lindo que siempre eres conmigo.
JM: ¿Cómo te va en la escuela?
A: Mamada, no he terminado de preparar una exposición para mañana.
JM: ¿Sobre qué?
A: sobre el papel de la religión en las colonias españolas en los siglos XVIII y XIX.
JM: ¿Y por qué no me avisaste yo te hubiera ayudado?
A: Nada, se me olvidó, no sé qué hacer no tengo ni p idea y mañana me va a joder el profesor, ese man es como hp.
JM: jejeje, imagino cómo hablarán mis alumnos de mí.
A: No, tu eres muy lindo.
JM: lo dices porque no te doy clases, jejeje…
A: Ay por qué será que ustedes joden tanto…
JM: Hermosa, las ciencias sociales son necesarias para formar buenos ciudadanos, gente inteligente que no se deje joder.
A: Yo en realidad no entiendo pa qué puede servir tanta cháchara.
JM: conocer la historia te hace ser menos ignorante, te ayuda a entender el mundo en el que vives, a entender por qué la sociedad es como es y por qué las cosas no andan muy bien.
A: No me convence tu parla guapo…
JM: Te doy un ejemplo: por qué crees que hay discriminación en el mundo?
A: No lo sé, por la diversidad racial tal vez…
JM: NO. Porque los seres humanos como miembros del reino animal nos movemos también impulsados por el instinto de conservación, sometidos por las leyes de supervivencia y selección natural propuestas por el evolucionismo darwiniano y en la actualidad por la teoría sociobiológica de Edward Wilson profesor e investigador de la universidad de Harvard.
También, porque por mucho que nos consideremos seres racionales aún somos regidos endocrinamente desde el cerebro reptil primitivo que yace en nuestro cráneo desde los primeros y más internos niveles de la masa encefálica, eso fue bien explicado por el neurocientífico Rdolfo Llinás cuando era investigador en la universidad de Nueva York.
También, porque en nuestro afán por sobrevivir y ganar y acumular cada vez más y más privilegios nuestro sistema endocrino con las hormonas maneja nuestra conducta y la impulsa aunque la coordine el cerebro, las emociones determinan en gran medida el actuar de la humanidad. De ahí las alianzas y las estrategias para sobreponerse unos a otros sometiéndose por medio de guerras, modas, creencias religiosas o sistemas filosóficos y científicos.
Bien lo explicó el pensador Michel Foulcault, “la ciencia no es más que otro sistema o herramienta para legitimación y legalización del poder”.
Los poderosos, los vencedores, son los que escriben y estructuran la historia y la sociedad a su acomodo.
Por eso no podemos ser ignorantes e ingenuos, porque este mundo está lleno de mentiras tradicionales y culturales que hay que ir desmantelando paulatinamente, la educación y el aprendizaje debe apuntar a ello.
Cuando la mamá de Angélica leyó todo eso dijo: -“Caramba niña, vamo a tené que invitá a almorzá a ese pelao, ese es el novio que tú necesitas.


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